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Pasaporte vencido

Carta de una ciudadana a Felipe González denunciando el trato discriminatorio al que ha fue sometida por parte de autoridades y vecinos al volver a España desde su exilio en Venezuela

De Una exiliada en Venezuela
A Felipe González

A Coruña, 24-05-1994

Sr. Presidente del Gobierno, don Felipe González:

El motivo de atreverme a dirigirme a usted y teniendo muy en cuenta la gran cantidad de problemas que a diario tiene usted que resolver, digamos que este mío casi no tiene la menor importancia, pero viendo todo lo que usted desea y se desvela por todos los españoles que hemos nacido aquí para que todos seamos ciudadanos sin que se nos considere a unos ciudadanos de primera clase y otros, al igual que mi hijo y yo, resultó ser que hemos sido tratados ciudadanos casi diría, de lo último; después de haber sido golpeados sin motivo, es decir, el motivo quedó claro, pues nuestro acento es venezolano por haber emigrado mi madre y yo a ese país para salir de España debido a la dictadura franquista. Mi madre tenía 35 años, yo 16, ella viuda de la guerra civil española. Me casé en Caracas con un señor ------ nacido en ------1927.

Al poco tiempo de llegar yo a Caracas nos casamos, de dicho matrimonio tenemos un hijo: ------. El nombre de mi esposo: ------, del cual estoy separada por tiempo indefinido. Mi hijo tiene actualmente 35 años de edad. Tanto la partida de nacimiento de mi esposo y otros documentos que conciernen a nuestra separación los tengo en mi poder.

Hace casi 3 años [que] me encuentro en España. Mi madre falleció hace 4 años en el pueblo de ------, lugar donde nació toda mi familia materna y paterna. Ahorita estoy vendiendo y subastando lo poco que aquí nos quedó por herencia de mi madre, ------, pues por herencia paterna mis abuelos no solo se quedaron sin un céntimo también se quedaron, mejor dicho, les quitaron la casa. A mi abuelo repetidas veces lo metieron preso, a mi padre a los pocos meses de estar casado le fusilaron en Ferrol la Guardia Civil, yo nací 6 meses después. Adjunto partida de su defunción la cual al terminar la dictadura franquista hemos podido lograrla, antes imposible.

Señor Presidente, a lo aquí informado es que nos fuimos mi madre y yo a Venezuela hipotecando esta misma casa, lo cual en aquella época, a los 17 años la mujer en España estaba obligada a hacer 6 mese de servicio social obligatorio, pues de no ser así resultaba ser indocumentada en este país, es decir, no tenía el DNI. NO pasaporte, NO poder estudiar, NO poder trabajar y ni siquiera ir en tren dentro del país pues recuerdo muy bien [que], años después, he pasado por bastantes sustos cuando iba en el tren a ver a mi madre y a las tantas de la noche entraban los guardias civiles en el compartimento del tren exigiéndome [que] les entregase mi cédula, no pidiéndola, exigiéndola. Ya poco menos que aterrada (no la tenía) decía que la había olvidado en casa, luego me gritaban y yo quedaba aterrada.

Esto sucedió a mi regreso a España con mi madre y mi hijo [en el] año 1964. Con la intención de vivir aquí, decidí comprar un apartamento en Madrid, estudiar enfermería y trabajar a la vez, mucho antes (4 meses) que se venciera mi pasaporte español; nunca en 40 años cambié mi nacionalidad. Bien, en el año 1964 me dirigí a emigración en Madrid y, para sorpresa mía, me fue denegado, según ellos, por haberme casado con un extranjero yo ya no era española, cuando en aquella época la mujer española no perdía su nacionalidad por contrario, adquiría la de su esposo. Así era antes, hoy ignoro. El apartamento, luz, agua, comunidad y gas he tenido que ponerlo a nombre de mi madre, igualmente no podía tener cuenta en el banco. Me dirigí a la sede de la Falange Femenina con el propósito de lograr la exención del servicio social obligatorio pues estaba casada, tenía un hijo de 7 años del cual las autoridades en el exterior me habían dado la patria potestad del menor; además tenía la responsabilidad de mi madre viuda.

Señor presidente del gobierno, inútil recordar la cantidad de veces que allí fui, siempre la secretaria de la señora Pilar Primo de Rivera me decía: “vuelva mañana”. Regresé pasado mañana, así sucesivamente, hasta que un día, ya cansada y viendo que con paciencia no lograba nada, ni en emigración ni en la Falange Femenina, mi pasaporte estaba vencido, el dinero se estaba terminando (mi esposo nunca me ayudó, tampoco a mi hijo), una mañana le dije a mi madre: “O traigo hoy la exención del servicio social obligatorio o si a las 5 p.m. no he regresado es porque me han “desaparecido”, pero falangista no soy ni seré aunque en ello me cueste la vida, eso sí lo tengo bien claro ¿OK?”. Esa mañana entré en la oficina muy decididamente para decirle que, estando casada con un hijo de 7 años y una madre viuda de la Guerra Civil, por mis obligaciones estaba exenta de abandonar mi hogar durante 6 meses y que por más que me presionaran jamás sería falangista pues bastantes desgracias nos habían ocasionado, que tomasen mi número de pasaporte aunque vencido, nombre y apellidos, [y] que al salir de esa oficina me voy directamente al consulado venezolano para exponer al señor cónsul, ------ en la C/ José Ortega y Gasset, el atropello que a un menor de edad venezolano ustedes me están obligando, que para lograr la exención del servicio social, debo de hacerlo ciudadano español. Ni yo he sido falangista ni lo será jamás e igualmente permitiría que lo fuese mi hijo y que no le iban a lavar el cerebro, que nació en Venezuela; si me hubiese interesado que fuese español le hubiese inscrito en el consulado español. Todo esto sin prepotencia pero en un tono bastante alto. La señora Pilar ¡por fin! se dignó [a] salir de su oficina para decirme que ese era un problema, que otras mujeres estaban en el mismo problema que yo pero que ellas hacían ciudadanos españoles a sus hijos. Muy serenamente le repliqué que el verdadero problema habían sido ellos, que España en los años 50 no podía mantener a sus hijos; por otra parte, España se había quedado sin hombres y en este caso querían rehacerla, que mi hijo sería ciudadano español cuando no hubiese dictadura franquista pues… para mi familia y para mí había sido toda una tragedia y desgracia.

Señor Presidente, cuando casi salía por la puerta, me llamaron y, al fin, de inmediato me dieron la tan ansiada exención del servicio social. ¡Al fin! lo había logrado.

Fui a la comisaría de Tetuán, pues esa me correspondía, para obtener el DNI. Al fin iba a dejar de ser indocumentada en mi propio país pero todavía me faltaba muchísimo para lograrlo pues de dicha comisaría me enviaron a otra, luego a otra, después a otra y finalmente no recuerdo a cuántas más. En cada una me pedían documentos, certificados con la intención de no darme nunca lo que legalmente me correspondía como todo español, hasta que también un día me fui decidida a lograrlo y para asombro del señor comisario, al entrar en su oficina, extendí sobre su escritorio para poner cada documento, cada comprobante, cada papel absurdo que me había pedido sin darle tiempo a que no dijera el ya para mí famoso NO. Llené la mesa del escritorio con cada uno de tantos papeles y demás que me había, digamos, no pedido sino exigido diría yo. Al ver todos los documentos esparcidos sobre su escritorio solo acertó a decir, sin observar ninguno de ellos contestó: “¡Ya no tengo más que pedirle!”, y así al fin, después de pasar casi 4 años, logré el DNI. Luego ya con eso en mi poder fui otra vez a emigración para obtener un nuevo pasaporte en la Puerta del Sol; idéntico trato por parte de los guardias civiles. Un día y otro, subí pisos bajé pisos, de una oficina a otra como si fuese ciudadana de ínfima categoría; luego un [¿día?] allí un guardia civil con cara que casi me metía miedo y con rabia, se le ocurrió tomarme una declaración jurada. Aún hoy no le encuentro sentido a semejante cosa, pero… mandaban ellos y yo ya era poco menos que una marioneta, pero lo verdaderamente importante para mí, mi madre y mi hijo, comprendí que no podría vivir con semejante dictadura. Así pues, al poco tiempo logré [que] me diesen un nuevo pasaporte. Demás está decir, sr. Presidente del Gobierno, que antes de un mes estábamos de regreso en Venezuela y no regresaría aquí (creo yo) de no haber fallecido mi madre hace 4 años. Regresé para vender las poquísimas propiedades y la casa, todo heredado por mi madre; repito estoy subastando muy por debajo de su precio. Mi hijo hace casi un año regresó de Caracas para ayudarme en lo de la venta.

Señor Presidente, quisiera decirle que cuando regresé a Caracas fui militante activa contra el régimen franquista y por supuesto, sigo siendo fiel a mis ideales: PSOE, como antes lo fue mi padre, mi abuelo y otros familiares ------ que les fusilaron en Ferrol.

En el pueblo ------, donde ahorita residimos mi hijo y yo (pueblo pequeño), si antes conocían los ideales que tenían mi padre y demás familia, ideal por el cual le fusilaron salvaje y cobardemente la Guardia Civil, mis abuelos fallecieron en la más completa miseria. Esta casa la apedreaba la turba de este pueblo, mi madre embarazada de 3 meses cerrada y escondida en la casa, este pueblo que, ------, creí que algo había cambiado, pero en [el] 58 años en lo que a nosotros respecta sigue la misma envidia y el mismo trato hacia nosotros, aunque algunos (pocos) están ya bajo tierra, pero todavía son muchos los que quedan. Y hoy no pasa la turba apedreando esta casa y gritando como lo hacían cuando veían a mi madre embarazada a los 20 años. Acabamos con el padre, ahora acabemos con la raíz. Bien señor Presidente, hoy no lo hacen, pero las ideas son las mismas estos días; para ir a Coruña a revisión del médico teníamos delante de nuestra casa el auto, no molestaba a nadie y cuando íbamos a salir le habían dado navajazos a los cauchos, 2 a cada uno.

Cuando mi hijo llegó para ayudarme en la venta, ambos pensábamos trasladarnos a residir en Madrid; él buscar trabajo con su curriculum en líneas aéreas pues allí sería posible conseguir empleo, pero con todo el percance que una vez más la Guardia Civil se ensañó contra nosotros y a raíz de eso, hace 2 meses [y medio] me han intervenido con urgencia. [Por] los constantes desplazamientos que ha hecho conmigo a La Coruña, ha perdido en enero un curso de computación que había sido elegido; primero porque el señor juez le tiene coaccionado teniendo que presentarse ante el juez de paz el 1º y 15 de cada mes, entonces imposible después del curso pedir permiso en la compañía para desplazarse a este pueblo a sellar su libertad, digamos vigilada; tampoco puede desplazarse a Madrid por la misma situación. Como será que mi operación fue de emergencia (me llamaron por teléfono los médicos para que ingresara). El día 2 de marzo a las 8 a.m. me operaron, ¡ah! Pero el 1º de marzo tuvo que venir de Coruña ------ a sellar y luego regresar otros 105 km corriendo pues lo médicos querían hablar con él para decirle que la operación no ofrecía garantías. Yo estaba sola y con calmantes por el dolor y tranquilizantes. Es el único familiar que tengo en el mundo. Hace tres días me han vuelto a llamar y dentro de tres días debo de volver pues como no me siento bien ni tampoco me encuentran bien, otra vez igual que al principio de la operación, van a hacerme igual que antes: análisis, radiografías, exploraciones y demás pues permita Dios [que] me equivoque pero me habían advertido que el tipo de ------ es el más grave, que es posible que antes de 6 meses se vuelva a reproducir y… bueno, Dios dirá.

Señor Presidente, lo que sí quisiera es saber si realmente en este pueblo de caciques hay justicia, desgraciadamente para nosotros parece que no existe, Sr. Presidente del Gobierno.

También quisiera añadir que el médico forense, el abogado de oficio, el señor juez, los guardias civiles de este pueblo, el abogado que habíamos contratado en Ferrol nos pidió 60.000 pesetas para fondo de reserva. Dijo que sus honorarios serían por los resultados obtenidos, que mi hijo le entregase el curriculum para [que], con un manuscrito, el juez le eximiera de sellar el 1º y 15 de cada mes, que todo no lo iba [a] arreglar para que pudiese desplazarse a Madrid a conseguir trabajo. En la última entrevista que tuvimos, aún yo no estaba operada, nos dijo textual[mente] que la Guardia Civil siempre protege más a un español que a un sudamericano, que es lógico que el señor juez se incline por la Guardia Civil que por nosotros, textural[mente]; y por último, que lo mío era muy delgadito y carecía de importancia; además, que nada se me había complicado, por lo tanto carece de importancia.

Le recordé al señor abogado que ni siquiera se había molestado en ver los expedientes pues tanto mi hijo como yo somos ciudadanos españoles, que ciertamente de tanta sangre derramada para lograr la Gran Democracia y, nunca mejor dicho, una España Grande y Libre por la Gracia de Dios y por los que siempre la hemos querido sin egoísmos y hemos dado hasta la vida por ella.

Señor Presidente del Gobierno, este abogado ------ (Ferrol) no solo no me devolvió un centavo de las 60.000 pesetas que le había dado para fondos, resultó que me pasa una factura por más dinero, cuando lo que realmente hizo fue que, entre unas multas y otras más, nos dijo que ascendería a 500.000 pesetas o tal vez más, que de un momento a otro saldría el juicio.

Señor Presidente, quiero dejar claro que en ningún momento estoy pidiendo ayuda económica ¡NO! Lo que pido es justicia, antes y ahora ya hemos sido bastante callados, pacientes y hemos sufrido con resignación. Pero antes era 1936 cuando la desgracia de mi padre y otros familiares, hoy a Dios gracias y al Gobierno que usted tan acertadamente ha conducido, las cosas han cambiado y estamos en 1994.

Tenemos acento sudamericano y que tal vez mi familia y yo habíamos hecho más por este país afuera de estas fronteras que algunos de ustedes pues para que hoy gocen de una libre democracia y que por lo que puedo apreciar en ciertas personas, aún no saben lo que es, lo que eso significa. Tal vez, señor abogado, como usted es de Ferrol, no puede digerirlo pero es triste para mí llegar a esta conclusión. Según sus propias palabras, me es difícil asimilar que después de 58 años, tanto en el pueblo de ------ como en Ferrol, siguen el grupo de caciques haciendo su voluntad, siguen cubriéndose las espaldas unos a otros, siguen las mentes arcaicas, siguen con odio, contra el racismo y xenofobia cuando España es precisamente un país, sobre todo Galicia, donde la gente más emigró por una u otra razón. ¿Qué hicieron los caciques aquí? ¿Qué hicieron por España? Para el señor juez, el abogado de oficio, los 4 guardias civiles, el médico forense, para usted, si nos hubiesen matado nuestras vidas no valdrían nada pues siguen creyendo que somos sudacas, por lo tanto inferiores a ustedes y, si no somos de su partido político pues también se ensañan contra nosotros, verdaderamente de tristeza. Después, no podemos ser retrógrados, tenemos que ir a la par de los países desarrollados y gracias [a los] periodos en la presidencia, España suena fuerte afuera de sus fronteras, gracias a usted que así ha sabido conducir este país.

Señor Presidente del Gobierno, quiero dejar claro que no es mi intención pedir ayuda económica, pero sí quisiera ver y palpar que en este rincón de Galicia puede imperar la justicia. Confieso que, como [a] mi hijo le tienen coaccionado con eso de reportarse el 1º y 15 de cada mes, he vendido unas prendas que habían sido de mi madre y algunas mías, total 117.000 pesetas. Y cuando regrese de estos últimos viajes, que por razones de mi precaria salud, no me importará vender los muebles aunque pues no son gran cosa y además pocos. Solo quisiera una orientación y [que] me fuese devuelto la mayor parte de las 60.000 pesetas que le había entregado al abogado de Ferrol, ------ y que el señor juez sea imparcial en este caso. Tal vez, pronto podré comprobar que para los únicos ------ que quedan en este pueblo, podrán ver que, aunque tardé 58 años, alguien me ayudó a constatar que sí existe justicia para nosotros.

Las primeras radiografías están archivadas en el ------ (Coruña).

La de la clínica privada ------ están en mi poder.

La última historia del último ingreso ------ es ------.

El primer ingreso ------ a raíz de los golpes recibidos, fue el 30 de noviembre (me habían golpeado el 27 [de] noviembre en la noche). Ignoro el nº de historia, tampoco tengo acceso a ella. No obstante de haberme ingresado en tales circunstancias ------ me dieron de alta [y] me enviaron a casa sin ninguna medicación. Aunque apenas llegué y me examinó una doctora de guardia aprox[imadamente a las] 3 de la madrugada, fue la única esa noche que insistió dejarme hospitalizada para operarme de urgencia sin garantías. A las 8 a.m. del mismo día un doctor me dijo que no tenía por qué estar allí, que me fuese para mi casa. Le hice entender que no me era posible levantarme debido a la agresión recibida, pero al siguiente día sin medicación tuve que abandonar el hospital, y de ahí en adelante el dolor persistió cada vez más y cada día yo estaba peor. Luego los doctores, al ver las radiografías, me mandaron internar por urgencias y me operaron urgente. Ahora 2 meses [y medio] después, creo y creen que estoy casi como al principio.

Señor Presidente del Gobierno, en el hospital, cuando algunas personas supieron de semejante atropello me aconsejaron [que] escribiese a código 1 -Madrid-, así lo hice. Envié mi teléfono, a los 4 días ------ contestó muy gentilmente, a través del teléfono me dijo que no [me] quedase [de] brazos cruzados, que siguiera adelante, que eso no puede suceder en estos tiempos, pero que lo sentía mucho a la vez, que ellos no podían confrontarse contra estos guardias civiles, que en España aún imperan caciques y en Galicia mucho más, que tratase de que el abogado, al no hacer nada, me regresara las 60.000 pesetas, que tuviese cautela con algunos abogados. Me dijo que por qué no lo escribía al Defensor del Pueblo (Santiago de Compostela). Lo he hecho, pero aún no obtuve respuesta. Esto último también me lo aconsejaron en el hospital.

Señor Presidente del Gobierno, quiero reiterarle mis respetos y solidaridad como hemos hecho siempre.

Saludos socialistas de alguien que verdaderamente lo lleva en la sangre desde antes de nacer.

------

La Coruña

Señor juez ------ de La Coruña.

Abogado de oficio ------.

Cabo Segundo de la Guardia Civil ------, guardia civil y 2 guardias más, ignoro nombres y número de placa. 

Médico forense ------.

Abogado que contraté, ------. Ferrol. 

El conductor que nos chocó el vehículo ------.

Juzgado de Ortigueira ------.

Secretario del forense ------.