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Ernest Lluch

Carta de Ernest Lluch a Felipe González remitiendo un texto donde expresa algunas ideas sobre el terrorismo vasco y sus causas. Ernest Lluch fue ministro de Sanidad y Consumo de España entre 1982 y 1986 .

De Ernest Lluch
A Felipe González

Barcelona, 05-09-1988

Apreciado Presidente y amigo:

En ocasiones en la "gran mesa alargada" y también fuera de ella quise expresar algunas ideas sobre el terrorismo vasco y sus causas a eliminar. Ahora librescamente y viviendo allí he fabricado un papel en el que he madurado y sazonado aquellas ideas.

Cordialmente, un abrazo,

[Firmado] ERNEST LLUCH

 

Sobre las raíces económicas y culturales de ETA.

Un viejo nacionalista, don Manuel Vidarte, en una autobiografía novelada de Eugenio Ibarzábal se pregunta desesperado:

"¿Pero cómo ha surgido todo eso, por qué ha crecido hasta llegar a ese punto?"(1). Poco tiempo antes los cinco expertos que redactaron el útil Informe de la Comisión Internacional sobre la violencia en el País vasco (2) dedicaban muchas páginas a constatar la falta de estudios sobre los orígenes y la realidad de ETA. Estudiar las causas del desarrollo de ETA no es para comprenderlas sino para cambiarlas o para reconducir sus efectos. Julio Caro Baroja se ha burlado con toda razón de la reverenda madre o del reverendo padre superior - y detrás coloca el nombre de un Obispo y del político vasco que más se parece a Adolfo Suárez- que con tono compungido justifican, comprehenden o comprenden, a través de las causas, la acción violenta, aunque la condenen. Aquí vamos a ensayar aclarar algunas hipotéticas causas para entender y al entender sacarle heroísmo o bien al entender sugerir micropolíticas que se dirijan a la prevención. Ninguna muerte está justificada y la violencia, además, en ninguna nacionalidad en un contexto democrático en Europa Occidental ha servido para alcanzar la independencia.

No vamos a realizar más que un ensayo es decir "una operación de prueba para ver si una cosa responde a su objeto, a su destinación" de manera "breve sin pretender hacerlo a fondo” (3). El ensayo partirá de la hipótesis de que el núcleo principal de etarras proviene de unas zonas concretas del País Vasco de industrialización dispersa con inmigración que no rompe las estructuras lingüísticas y culturales anteriores y con unas comunicaciones poco fluidas. Haremos más compleja esta definición, pero limitémonos ahora a esta primera aproximación. Una investigadora norteamericana, en su tesis doctoral afirmaba que el 45 por ciento de los etarras eran hijos de oriundos de una sola comarca (4). Esta comarca, el Gohierri, es en otras fuentes señalada repetidamente como un centro de nacionalismo violento. La misma novela citada o la más conocida de Raúl Guerra Garrido (5) cuando señalan territorios prototipos siempre se refieren a "países altos".

Los textos de la organización ETA nos dicen poco debido a que tienen la voluntad implícita de mostrar que su reclutación es nacional, es decir, que proviene igualitariamente de cualquier espacio del territorio vasco. Sin embargo, en un texto de redacción difícil, Natxo Arregui reproduce la visión de Santi Brouard. Este afirmaba que los trabajadores se conformaban más que los abertzales con "las miserias que ofrecían desde Madrid". De acuerdo con ello "no se veía a la clase obrera capaz de dirigir un proceso revolucionario". De ahí que "el único sector del pueblo que conseguía autonomía y coherencia propia emancipada en cierto grado del franquismo y de la cultura, era ligado a la lucha de reivindicación y diferenciación nacional, que supo dotarse de vanguardias procedentes del campesinado e instalarlas en las ciudades". Arregui comenta, sin justificarlo, este paso "desde la agricultura a la ciudad" de Brouard titulándolo de "saga socio-cultural, sin determinación de clase y sin proyecto político" (6).

Podríamos extender los testimonios que dan un peso substancial al Goiherri como una comarca decisiva y en ocasiones se indica a Zumárraga o Beasin como villas paradigmáticas. Se debe aclarar que "goi" significa "alto" y "herri", en este caso, "país" antes de hacer algunas matizaciones. La primera es que en ningún caso se puede pensar en porcentajes sensibles de la población incluso si se piensa solamente en los jóvenes que no han alcanzado los 35 años (7). La segunda es que más recientemente el reclutamiento se ha hecho asimismo en zonas suburbiales. Un miembro de las juventudes de KAS, Jarrai, de buena familia me decía que eran la cantera de ETA, pero solamente entre los que son hijos de "Kurrelas". La última es que el número de etarras parece que jamás han sobrepasado la cifra de 500 y actualmente no alcanzan la de 100 por lo que jamás puede hacerse juicio alguno sobre la inmensa mayoría de habitantes del Goiherri. Si volvemos a qué es el Goiherri, su delimitación no es sencilla al no haber una que haya sido admitida oficialmente durante un largo período de tiempo. Posiblemente la más útil es la sugerida por el jesuita Manuel Larramendi en su Corografía de Guipúzcoa (8) sobrepasada la mitad del setecientos que distingue entre Goiherri, beterri (país bajo) y Kostalde (parte costera) y agrupa las dos primeras. Podríamos considerar, por tanto, en un extremo al Goiherri como el conjunto de comarcas altas guipuzcoanas (Oria Medio, Urola Medio, Bajo Deva, Alto Deva, Alto Urola y Goiherri o en la división de la Diputación Foral (Deba Beheaz, Deba Garaia, Urola, Hoiherri y Tolosaldea). En el otro extremo, el Goiherri estricto está exclusivamente centrado en el eje Beasin, Ordizia, Lazkao y Olaberria. Pisando el territorio, la opinión más extendida es la del librero Iratzar de Azkoitia quien considera como Goiherri el arco que parte de Tolosa y que pasando por Beasain llega hasta Zumárraga. Desde mi experiencia personal de la puesta en marcha del Hospital de esta última población se puede afirmar que el citado arco se alarga hasta alcanzar Azpeitia y Azcoitia. Los alcaldes comensales con motivo de su inauguración daban fe de este Goiherri intermedio. En consecuencia, en nuestro análisis posterior nos referimos siempre al Goiherri estricto (sobre el que existen también diferencias) pero ampliándolo flexiblemente a los otros dos.

Hasta ahora hemos dado solamente dos pasos. El primero, ha sido el de señalar la zona donde indicadores cuantitativos y cualitativos indican como la originaria pese a su pequeña demografía relativa (no llega a las 250.000 personas) y el segundo hacer una primera aproximación al territorio físico y a sus características. Ahora quisiéramos hacer referencia a otros estudios que nos puedan dar unos términos teóricos firmes convencidos de que no hay nada tan práctico como una buena teoría. No me referiré a teorías generales sobre la nación o el nacionalismo que hasta ahora han sido poco fructuosas (9), sino a estudios que se concentran en analizar cuáles son las condiciones generales que motivan la aparición de grupos que activamente e, incluso, violentamente irrumpen en el combate nacionalista o movimientos similares (10).

Hobswam analizando la aparición de los nacionalismos en los años 1830-1840 ponía de relieve el papel de los pequeños terratenientes y campesinos y de una clase media que tiene como portavoz a intelectuales. Fue Robert Lafont quien subrayaba que el desarraigo por la aparición de nuevas clases y de nuevas condiciones conducía cuando existe una realidad nacional oprimida a que "la sociedad se agrupe alrededor de lo que tiene de inalienable, su identidad cultural. Buscará en ella el medio de reconquistar un futuro". El investigador checo M. Hroch es quien ha proporcionado, pienso, un mejor esquema interpretativo a partir del estudio de los movimientos nacionales checos, eslovacos, noruegos, finlandeses, estorianos, lituanos y flamencos: 1) papel de los intelectuales o agentes ideológicos en una progresiva difusión de los principios nacionalistas, 2) existencia de empresas de pequeño tamaño industriales o pre-industriales con un peso de importancia central y con un mercado próximo, 3) la parte más fértil del territorio, 4) producción agraria que a través de mercados locales llega a mercados más lejanos y 5) zonas donde ha llegado el impacto de la civilización de una sociedad industrial reciente. Todo ello lo resume M. Hroch definiéndolo como las características propias de "una sociedad con un cambio social intermedio". Eric Wolf después de haber estudiado los movimientos campesinos con luchas violentas -México, Rusia, China, Vietnam, Argelia y Cuba- llega a conclusiones muy parecidas. Son los campesinos "intermedios", y de una manera especial los que son propietarios de sus tierras que son periféricas, los que, al disponer de una autonomía económica y social, pueden encabezar la lucha. Añade Wolf tres características, muy relevantes para el caso vasco, que acentúan el proceso: a) diferencias étnicas, b) alejamiento del estado y c) las familias campesinas entrarán en el mundo industrial, pero sin abandonar enteramente la tierra. Si sumamos el esquema interpretativo de Wolf con el de Hroch nos parece se puede disponer de una herramienta con la que interpretar la evolución global de Goiherri.

La moderna industrialización no llega a Guipúzcoa hasta 1841 con una empresa papelera que tendrá continuidad en el valle del Oria. La revolución técnica llegaba con un precedente de unos terrones muy descentralizados en los ríos guipuzcoanos. Si los terrones han sido bien estudiados, posiblemente sería una buena línea de investigación analizar la industrialización que también pudiera permanecer en aquellas fechas y aún más adelante en otros sectores. Una latente industria existía a finales de siglo que en las primeras décadas de este siglo tuvo un buen empuje. Cada nuevo paso iba marcando importantes diferencias con lo que había acontecido o estaba aconteciendo en la próxima geográficamente y culturalmente Vizcaya. Guipúzcoa se parecía más a la acumulación e inversión liliputense enunciada por Tawney y encontrada por Pierre Vilar en la Cataluña del Siglo XVIII. A esta dispersión le seguiría una dispersión por los valles fuera del triángulo Hernani-Pasajes-Irún. A partir de los años 1951-1953 la industrialización guipuzcoana recibió un nuevo empuje que había de significar una profunda transformación de todo el Goiherri en sentido amplio hasta el punto de que sucediera que el desarrollo se fuera aumentando, con excepción de la capital, cuanto más se asciende por las aguas del Deva, Urola y Desia. Esta dispersión dio existencia a 22 municipios con más de 10.000 habitantes en 1970 y de 1975 mientras que Vizcaya solamente llegaba a 5. De esta manera el "país alto" de Guipúzcoa se transformaba de tal manera que solamente el valle del Régil, patria de Paulino Uzcudun, y la comarca de Aya los únicos espacios agrícolas de la provincia. El resto, la inmensa mayor parte, ha constituido una ciudad-región. La población dedicada a la agricultura no solamente ha caído brutalmente, sino que la que ha permanecido ha producido menos para el autoconsumo y más para el mercado externo ganadero.

En este fuerte crecimiento industrial -el terciario seguirá muy a remolque- sin embargo, si lo medimos por su impacto demográfico no tiene un desarrollo lineal a través del tiempo y en una primera aproximación podríamos distinguir las siguientes etapas:

1era. Crecimiento muy acentuado entre 1950 y 1965 y más rápido que el de Beterri que va desde Tolosa hacia Irún y de Kostaldeado Orio hasta Motrico.

2a. Crecimiento menos acentuado entre 1965 y 1975 y menos rápido que el de Beterri y el de Kostaldea.

3a. Decrecimiento notorio del "país alto" a partir de 1975 que pierde (Goiherri, Debakehea, Tolosa y Deba Garoia) 7.541 habitantes entre 1981 y 1986 mientras que el resto aumenta en 4.269.

Dejando de momento los problemas que este crecimiento provocó, podríamos situar entre 1950 y 1965 el gran empujón del Goiherri estricto y del Deba Garoia que aminorará en los años antes de la crisis para entrar en una depresión que a la última comarca le hará perder casi un 6% de su población en el quinquenio 1981-1986.

Un análisis más detenido de las series estadísticas -que habría que construir- matizaría esta periodificación, pero no cambiaría ni el "gran empujón" de los años 50-65 ni la "gran bajada" de los 80. No existen aún datos suficientes para conocer si la recuperación habida desde la primavera de 1985 con la creación de un millón de empleos ha llegado a este "país alto". Mi impresión de ojeador es que sí, pero en menor intensidad que la media de las zonas industriales. Situada esta primera aproximación señalemos el volumen demográfico al que hacemos referencia

  1950 1981 1986
Guipúzcoa 374.040 692.986 689.714
Goiherri 52.232 69.248 67.451
Deba Garoia 44.851 66.338 65.470
Tolosa 37.861 46.243 45.624
Debabehea 55.874 65.815 61.778

 

La dispersión geográfica del crecimiento industrial fue tan extrema que en la mayor parte de las poblaciones sobre todo en las de menor tamaño se produce la identificación: en cada pueblo, una industria. En una interesante publicación escrita por un número de profesores para que los alumnos de primera y secundaria conozcan Guipúzcoa se dan tantos ejemplos de esta identificación que es fácil prescindir de dar muchos ejemplos. Algunos serían Dikia-Xey, Zumárraga-Orbegozo, Azpeitia, Erlo Juaristi y Onena, Legazpi-Etxebarria, Ormáiztegi-Irizar, etc. Caso singular es el de Ucin (Azpeitia) donde fue secuestrado un alto ejecutivo por ETA (¿inspiró a Guerra Garrido?) de la que los propietarios, me indica Alfonso de Otazu, no están muy lejos de ser "como obreros" y, además, uno de ellos es directivo de la Real Sociedad. Mención siempre especial merece Mondragón-Arrasate con el primer núcleo industrial formado por las cooperativas de producción industrial y la Caja Laboral popular de raigambre católica. Especial por su importancia y por su excepcionalidad. Sin embargo, no hay que pensar en que el conjunto de municipios del Goiherri están absolutamente separados sino que forman "mini-conurbaciones". Así casi todo el alto Urola y especialmente Azpeitia- Azcoitia o Tolosa-Ibarra-Iruza-Anoeta-Billabona-Andoain o, aun, Beasain-Villafranca de Ordizia-Lazkano. (11).

Una buena y prematura descripción es la de Manuel Ferrer Regales: "Dotada de una gran tradición, la Industria moderna se asentará sobre la atmósfera propicia del pasado, sobre el substrato campesino, y también descansará en los sectores medios de comerciantes y profesionales, además de los obreros. También jugará el espíritu de emulación de sus numerosas villas, así como una sensibilidad especial para el aprovechamiento al máximo de las coyunturas favorables. Un fenómeno muy guipuzcoano será el de la promoción de los sectores modestos hacia la propiedad de la empresa. Tras embarcarse en las primeras fábricas creadas en calidad de obreros y empleados, estos soñarán y harán realidad a menudo el deseo de independencia para crear primero la unidad industrial diminuta y hacerla prosperar con el tiempo a base de esfuerzo e inteligencia, autofinanciación y sobriedad. Desde cero en la industria pequeña a la media quizá. Los "gigantes" actuales son muy pocos, pero en parte tienen un origen humilde". (12).

Raúl Guerra Garrido dará cuenta de las diferencias con la provincia cercana y un empresario del "país alto" dirá: "no pertenezco al consejo de ningún banco ni especulo en bolsa, son cosas que no me van, se las dejo a los vizcaínos". Esta vía industrial democrática producirá durante muchos años unos conflictos internos mucho menores que con el mutuo respecto de los industriales a sus "clientelas" laborales, que dan lugar a un cierto neo-feudalismo, y con bajas de la coyuntura cambiarán progresivamente el clima. "Ya dijo, ¿no? los patronos eran casi siempre antiguos obreros iletrados que conservaban las ideas y costumbres de asalariados, alternaban tan felices con sus obreros, luego, ya, ya, como todos" (13).

Los trabajadores de la industria del "país alto" provenían del campo en una proporción considerable o bien del mundo artesanal de tal manera que el entrar en la industria no les hacía romper con su "habitat" tradicional en lo que supone continuidad en un ambiente euskaldum que mantenía intacto el mundo tradicional vasco -mitos, juegos, costumbres-. Asunción Urzainqui Miquéleiz ha afirmado que es la ciudad la que invade el campo". Estamos ante "unos modos de vida mixtos: el casero comparte su jornada de trabajo entre la explotación agraria y la fábrica, instalada cerca de su propia casa, las instalaciones industriales se asientan en terrenos hace poco agrícolas" (14). Ello es tan cierto como que tal como hemos señalado la industrialización es tanto más intensa más arriba están las aguas. Ferrer Regales midió un índice de concentración industrial con una media guipuzcoana de 71, 81 y que comarcalmente daba los siguientes espectaculares resultados para 1963:

Alto Urola 199.8 Dev medio 51,3
Alto Oria 211,6 San Sebastián 43,7
Alto Deva 105,9 Costa 29,6
Oria medio 82,7 Bidasoa 25,2
Urola medio 62,0    

 

La población de estas comarcas era y es extremadamente joven. El Goiherri estricto tenía en 1970 un 30,7 por ciento de la población menor de 15 años y el 38,8 por ciento menor de 20 (15). No estamos ante un caso excepcional puesto que como señala Francisco Javier Gómez Piñeriro los menores de 18 años eran el 36,3 por ciento del total (16). Pese a esta presión juvenil que se avecinaba y que está actuando en los últimos años se vivió una fuerte e inédita inmigración del área cultural estrictamente castellana, sobre todo, y no andaluza o gallega. Los 1.000 inmigrantes en el Goiherri estricto de 1950 pasaron a ser 7.000 en 1970 lo que significaba casi un 20 por ciento de la población. El caso de Vergara de una cifra menor en 1960 había pasado al 34 por ciento del total resultado de que, del crecimiento del decenio, 26,9 por ciento, la mayor parte correspondía la inmigración, 19,6 por ciento hasta constituirse en el "fenómeno más significativo y representativo del cambio" (17).

Esta inmigración se daba con una perspectiva de gran oferta de fuerza de trabajo autóctona a corto plazo, pero también con variables, de otro orden, fundamentales. Un mundo fundamentalmente vasco y euskaldun veía por primera vez la posibilidad de ser afectados por personas provenientes de una nacionalidad fuerte como es Castilla y León. Para valorarlo hay que insistir en lo que acabamos de decir: los autóctonos tenían como lengua propia al euskera, lengua que no solamente no era promocionada sino reprimida. La castellanización forzosa recibía, pues, unos involuntarios aliados. La euskaldinización continúa siendo muy fuerte como lo muestra el colectivo que hablaba euskera en 1981 -rodeado por Vizcaya y Navarra también vascos y euskaldunes- :

1981 euskera-hablantes población
Goiherri 40.951 69.248
Tolosaldea 34.799 46.463
Deba Garoia 41.556 66.339
Deba Beheaz 40.542 65.815
Urola Kosta 49.075 60.514
Donostialdea 139.572 319.860
Bidasoa 22.828 64.721

 

La industrialización con la subsiguiente inmigración se produjo, pues, en las zonas más euskalduras en horas y años de dura represión nacional. Sin embargo, influía la ideología preexistente dentro de un mundo poco alterado por los valores ideológicos de las grandes concentraciones urbanas e industriales. El conjunto de documentos eclesiásticos contestatarios, en unas comarcas donde el peso religioso era fuerte, mostraba una especifidad muy marcada. Dejando a un lado las reivindicaciones estrictamente democráticas, dicho conjunto de catorce documentos tiene dos características que queremos aquí resaltar. La primera es que reclaman el indigenismo ya en 1950 y una de las cuatro demandas presentadas al Papa Pablo VI es "queremos una Iglesia indígena" donde hacen equivalente vasco a indígena. No haría ya falta añadir lo insólito que era y es en Europa la palabra indígena aplicada hasta entonces solamente a las comunidades originarias de Iberoamérica, y tampoco es necesario mostrar extrañeza por el hecho de que no existe ninguna atención por parte del clero para una pastoral dirigida a los inmigrantes en su especificidad desarraigada (18).

Tensiones económicas obreras, siempre más sensibles al ser el sector predominante el metalúrgico, impacto de la inmigración en un "país alto” donde la visión tradicional no había quedado rota o al menos profundamente modificada por la industrialización o la marcha a la gran ciudad, franquismo antidemocrático y antivasquista y un nacionalismo fundamentalista e indigenista y presión latente de los jóvenes eran ya factores que llevaron a la sociedad del Goiherri amplio a una situación de ebullición notoria. Ya hemos insinuado antes que el movimiento obrero por tensiones intraindividuales con los patronos y el monopolio derivado de "un pueblo, un patrón" después de pasar un período benévolo entró en uno de mayor enfrentamiento. La misma realidad de continuar trabajando parcialmente o residualmente en la agricultura les daba una autonomía o capacidad de resistencia notoria, que no tiene el asalariado exclusivo. El acercamiento cultural entre pequeños empresarios euskaldunes con una parte de sus trabajadores acaba de situar complejidades en el panorama. Las huelgas por reivindicaciones salariales desencadenan en huelgas desde 1956 en el caso del Goiherri estricto. La "fábrika handia" era en este caso la vieja "Maquinista Guipuzcoana" transformada en 1945 en la "Compañía auxiliar de Ferrocarriles". La "Fábrica Grande" era estímulo y apoyo de enfrentamientos violentos propios del movimiento sindical del final de la primera etapa de industrialización y sin cuadros sindicales asentados. La violencia viene consagrada por una Guardia Civil a las órdenes de un poder civil para el que la huelga era un delito. Sin embargo, la comarca del Goiherri es la única vasca "donde se responde generalizadamente a la convocatoria general realizada desde ETA y las organizaciones nacionalistas radicales el 2 y 3 de diciembre de 1974" así como a grotescas por detenciones de dicha organización terrorista. Si las primeras huelgas reinvicativas de los años 60 habían llegado a obtener importantes éxitos para los trabajadores, la generalización del proceso de radicalización de toda la sociedad del Goiherri llevará a nuevas huelgas estrictamente sindicales que llevarán a importantes derrotas obreras, como en el caso de la papelera Etxezarreta de Legorreta (19). La componente obrera desaparecerá del núcleo radical que quedará en manos de los grupos por Hroch. Brouard desgraciadamente, veía bien el proceso.

Es precisamente en el ámbito más estrictamente rural donde tendrá lugar entre 1953 y 1968 la experiencia de la Juventud de Acción Rural Católica en las comarcas altas guipuzcoanas. Solamente en los últimos cinco años a partir de 1961 la experiencia prenderá en Vizcaya. El nombre de la JARC será en euskera Baserri Gaztedi (juventud rural) desde 1953 hasta en 1965 y desde este año hasta su práctica resolución tres años más tarde el de Herri Gaztedi (juventud popular). Los nombres nunca son neutrales y no lo es la eliminación de "acción católica" primero ni el cambio de "rural" por el más amplio de "popular" tampoco. Este movimiento que fue exclusivamente euskaldun explica la ampliación de sus miembros, en un difícil castellano, por comprender a "los campesinos que trabajan en la agricultura, los rurales que comen y duermen en el campo trabajan en el pueblo y las grandes poblaciones, aunque no lleven actividad agrícola. A pesar de que nuestras acciones y relaciones apuntan a los estudiantes, son las clases anteriores las que forman la JARC o la Herrl Gaztedi". Este texto de su revista Gazte (joven) (20) de enorme influencia nos aproxima más al tipo de colectivos de una "sociedad con un cambio social intermedio" que a la estructura de clases que iban aprendiendo en estos últimos años en los manuales del marxismo-leninismo. Hay que subrayar que Herri Gaztedi llegó a tener una infraestructura muy sólida en todo el "país alto".

Su mayor investigador y parece que participante juzga de manera clara la sospecha de que la JARC o Herri Gaztedi estuvieran en la base de la formación de ETA, lo que no significa que los miembros de la primera entraran masivamente en la segunda. Iztueta escribe con claridad que "efectivamente, la presencia de los (Sic) militantes de la JARC es irrefutable en el origen de la radicalización del clero vasco y también en la génesis del movimiento político (Sic) ETA “o bien que" la época de 1965-1968 registra el paso de los militantes más comprometidos a los movimientos estrictamente políticos. El mutuo encuentro de ETA-JARC llega a ser decisivo y la secularización progresiva del medio religioso. La inciativa de secularizar los marcos del militantismo comprometido procede, en gran parte, de los propios sacerdotes consiliarios" (21). Si analizáramos los textos ideológicos de Herri Gaztedi el radicalismo es absoluto: "hoy la celebración eucarística descubre la necesidad del socialismo", en la revolución el cristianismo debe ser también profeta", en el campo de la dialéctica, el marxismo no presenta dificultad al cristianismo" o "me parece un proceder erróneo optar en favor o en contra de la violencia en una cuestión de fe. Esta elección en favor o en contra de la violencia concierne a la ciencia y no a la fe... El cristianismo, si ve después de los análisis científicos, que la violencia es necesaria, debe aceptarla y comprometerse al mismo tiempo". Es fácil comprender la reflexión del jesuita Fernando Garcia de Costázar: "el fanatismo se convierte cómodamente en polizón de la religiosidad" (22).

Querríamos insistir en que el peso de los clérigos vascos fue también, en un sentido muy diverso, decisivo en el mantenimiento de la cultura vasca en euskera.

   producción cultural en euskera
  1934-35 1962-63 1972-73
laicos 41% 25% 53%
Clérigos 59% 75% 47%

 

El bajón de la aportación clerical puede ser más aparente que real dado el gran número de clérigos que abandonaron la iglesia lo que en cierta manera no considera la última columna. Por último, quiero indicar que aun cuando ha habido un proceso de secularización no hay que confundir la pérdida de peso de la Iglesia como institución con el mantenimiento considerable de los símbolos, tradiciones y actos básicos católicos. Estas dos últimas matizaciones no quieren subvalorar el papel de un movimiento eclesial en la génesis de ETA pero, si mostrar el peso que tiene la Iglesia en el mundo vasquista y de la sociedad vasca en general.

De la sociedad del Goiherri quedan aún dos características para acabar de definir el modelo que pensamos tiene. La primera es la de que se trata de comarcas relativamente aisladas. Desde cualquier punto es posible trasladarse en 60 minutos a San Sebastián, pero el terreno es suficientemente encajonado en los valles para que no sea fácil y eviten una continuidad de contactos que conviertan a las comarcas del "país alto" en relativamente aisladas desde el punto de vista de las relaciones interpersonales. La segunda característica es el peso del sector industrial muy por encima del terciario. En 1971, por ejemplo, el Goiherri estricto poseía un 22,7% de la población activa en los servicios, mientras que en Guipúzcoa era del 33,4% y en Vizcaya el 39. Esta falta de cuellos blancos es notoria y la de servicios públicos también. De ahí se comprende el valor estratégico que concedió Ramón Jáuregui a la puesta en marcha del Hospital de Zumárraga.

En la considerable medida en que nuestra interpretación del mundo del Goiherri se parece mucho a la herramienta Hroch-Wolf (y aún la de Hobswam y Lafont) que es normal que la ideología resultante encaje perfectamente con un programa político populista del tiempo que diseñó no hace mucho Julio Caro Baroja (23): 1. La base está en una identidad primitiva o en un pasado remoto. 2. Esta identidad es homogénea, positiva y tiene rasgos anticivilizados; 3. Para precisarla se selecciona o deforma la historia; 4. No se determina las características del pueblo o herri aunque raza, etnia, lengua, clase social, y espíritu colectivo si se dan como fundamentales; 5. Menos precio a los foráneos (llamados extranjeros) e incluso a la civilización; 6. Se han de descubrir las instituciones consideradas como encuestas por un poder tiránico y advenedizo y 7. Creación de un Estado nuevo frente al anterior que es malo en conjunto. Añadiría por mi parte una falta de consideración de la democracia propia del populismo -sufragio universal, contra los partidos y a favor de los movimientos, consignas simples, etc.-.

Tanto el nacionalismo estudiado por Hroch como los movimientos campesinos estudiados por Wolf han dado, no siempre, paso a la violencia. Esta conexión era más fácil en el País Vasco donde al decir de Caro Baroja la violencia ha sido el protagonista verdadero de su historia. Cuando uno lee la admiración de los etarras o de sus impulsores de viaje por Zumalacárregui (24) o al menos la no condena (25) uno duda de si es por su vasquismo (SIC) o bien por su arraigo a los coletazos del Antiguo Régimen, al ataque de la democracia liberal o, sin más, por sus métodos violentos. Sin embargo, lo que parece difícil es parar la violencia -según el esquema de acción- represión -acción- que tiene siempre la tentación de la profesionalización personal convirtiendo lo que era un medio en un fin. Uno creció en un ambiente poco proclive a los zumalacárreguis.

La búsqueda de las causas de que, a través de unas estructuras determinadas, aparezca el principal núcleo del nacionalismo populista violento no es, como ya hemos dicho, para "comprenderlo" ni tan solo para "entenderlo" sino para ayudar en lo posible a detectar que es lo que hay que hacer para modificar aquellas causas. Ello lo presentamos con la modestia obligada al estar trabajando en forma de ensayo, es decir, de hipótesis de trabajo. Modificar las causas tampoco debe ser considerado, en el caso que se hiciera y pudiera, ningún talismán dado que la violencia se autoalimenta incluso cambiando sus fines por sus medios. Lo mismo podríamos decir del populismo que, como muestra nítidamente el peronismo abarca elementos incluso contradictorios que crean mitos irracionales de una fuerza que ni Voltaire, acaso, supo prever. Otros ejemplos, en cambio, dan lugar a visiones más optimistas: las sociedades intermedias solamente por el simple paso del tiempo las madura y asienta notoriamente.

Enumerar medidas solamente lo debe hacer quien tiene en las manos mecanismos para aplicarlas por lo que seremos más modestos aún en proponerlas. Sin embargo, sí queremos, antes de proponer alguna, decir que solamente explicar estos fenómenos, con esta u otra interpretación, ya es sacarlo de la categoría de "grupo de enajenados" pero tanto o más de la de "grupos de héroes". Es llevar el análisis al terreno de lo civil y de lo racional. Las medidas a proponer se deducen en parte automáticamente. Así la conveniencia de abrir estas zonas con mejores comunicaciones o bien analizar la presión de aquellos jóvenes de ayer que deben encontrar trabajo hoy pese a que no ha existido ninguna correlación entre violencia y paro. Explicar los valores democráticos y por tanto del respeto a la vida, no solamente como un bien en sí mismo sino, además, como práctica para afirmar el Euskera y el autogobierno. Los que empezamos a pisar estas comarcas hace 34 años podemos decirlo con conocimiento de causa. Para volver a citar a Ramón Jáuregui "nunca tuvimos tanto" los vascos... Fortalecer los organismos impulsores de las pequeñas y medianas empresas para que no se sientan desasistidas ante la posibilidad de aprovechar la nueva coyuntura y mostrar sus capacidades, analizar aquellos servicios públicos deficitarios y cubrirlos para que, además, aumente la terciarización del "País Alto". Todo ello no debe ser óbice para la aplicación de los medios legales, pero si puede, en la medida en que hayamos esbozado una interpretación correcta ayudar a modular las medidas políticas. A quienes han bajado del "País alto", una minoría con violentas intenciones, se les podría recordar lo que escribía Engels a Marx el 4 de setiembre de 1870: "El terror suele reducirse principalmente a crueldades inútiles, realizadas por agentes que tienen miedo para tranquilizarse a sí mismos".

Este mismo texto habría que recordarlo a las más recientes levas de ETA que provienen, asimismo, tal como hemos dicho en el inicio de este papel, de zonas suburbiales recientes donde en malas condiciones viven inmigrados vascos (con otros que no lo son) provenientes de zonas metropolitanas. Zonas semejantes a las que vieron aparecer el GRAPO, por lo que estamos ante una cierta "grapización" de ETA. La cuadrilla continuará jugando aquí un papel de difusión (26). Sin embargo, adentrarnos en estas levas más recientes ya sería otra historia y otro papel. 

ERNEST LLUCH