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Educación pública

Carta de un ciudadano a Felipe González reflexionando sobre la mejora que en materia de enseñanza se ha llevado a cabo en España desde la llegada del PSOE al gobierno.

De Un ciudadano
A Felipe González

Madrid, 01-06-1994

Mi muy querido compañero:

Con esta de hoy, doy por terminada la exposición de las cosas malas que siempre que la derecha ha gobernado en España venía haciendo y que ahora -ya pasados muchos años- pretende volver a hacer.

Como tenía la enseñanza primaria hace ya más de ochenta años y como esta misma materia se halla ahora con el gobierno socialista.

La escuela primaria se habilitaba en locales que carecían de todo lo que ahra tienen. No tenían ni siquiera luz propia, no tenían agua corriente ni ninguna clase de servicios y cuando algún niño lo necesitaba tenia que salir a la calle. No tenían calefación y cuando a un niño pequeño lloraba de frío el maestro mandaba a dos de los niños mayores para que del horno le preparase el brasero. No tenía ninguna clase de material didáctico para los niños, solo se veían colgados sobre las paredes algún mapa muy viejo y roto, algún cartel de cartón en el que se hallaban impresas todas las letras del abecedario. Hoy, durante el periodo del gobierno socialista, que Aznar se pase por alguna escuela de Madrid o de provincias y vea que no falta de nada, pues tienen de todo lo necesario y hasta completos laboratorios para los niños más adelantados.

Al maestro antiguo de hace setenta u ochenta años el gobierno de la derecha le paga dos mil pesetas al año (si este era interino). Hoy el gobierno español con su gobierno socialista le paga ciento setenta y ciño mil a doscientas mil pesetas.

Ahora voy con lo que pasaba con la enseñanza superior o universitaria. Con la derecha solo cursaban enseñanzas universitaria un dos o un tres por mil. En la actualiad, con el gobierno socialista, lo hacen más de un veite por mil.

En cuanto a becas, la derecha no las ha conocido nunca. Solo eran prendas sobre el vestido que se concedía solamente para distinguirse. En la actualidad, desde que el socialismo está en el poder, se conceden cientos de miles y se suelen dar casi solo a aquellos estudiantes que son hijos de padres que económicamente no se hallan bien. Hoy hay cientos de hijos de los obreros que estudian carreras altas, como son médicos, abogados y hasta ingenieros. Estas diferencias son las que en la propaganda se deben de decir.

Con la llegada del régimen socialista al poder, el obrero ha desterrado de su familia: el candil, la vela, la cámara para dormir sus hijos en sacos de paja, el lavarse los pies en sucios regueros de agua o en el lavadero del pueblo los domigos que nadie iba a lavar. Ha destarrado también la burra con aguaderas y cántaros para ir a recoger agua a cinco, seis kilómetros del pueblo; también ha desterrado el ir a pedir limosna a las casas cuando trabajó de joven. Hoy el obrero español tiene en su casa luz eléctrica, camas con buenos colchones y hasta lavadora para lavar su ropa, y aún hay más, hasta tiene su cartilla de la caja de ahorros en donde siempre tiene algunas pesetillas que le sacan de un momento de apuro. Tiene su jubilación que le permite vivir sin tener que pedir y tiene un gobierno, que todos los años por muy poco dinero visitan las playas de nuestra dilatada costa en donde pasan sus quince días, cosa esta que ni sus padres y muchísimo menos sus abuelos nunca pudieron hacer

Después de todo esto y de algunas cosas más que seguramente habré olvidado, viene Aznar a ofrecer otra vez las cosas malas que ya han olvidado. La derecha siempre será de ser lo mismo. Es el capital o las grandes extensiones de terreno que tienen en su poder, sin que nadie nunca haya podido enterar cómo llegaron a ellos sin dar golpe alguno trabajando. Pregúntele, mi querido compañero, si recuerda el año o en cualquier siglo pasado, la clase baja o trabajadora, conoció tanta belleza como hoy visitan los jubilados

Como ya casi no veo y estoy muy cansado, termino sin antes decirte: daría la poca vida que me queda con tal de poder llegar a ver a Aznar toralmente derrotado.

Recibe un fuerte abrazo

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