Si has llegado hasta aquí, es que llevas un rato perdido entre los papeles de nuestro Archivo, absorto en las historias infinitas que contienen estas cartas, enfrascado en los relatos de las vidas de ciudadanos y ciudadanas que un día decidieron escribir al presidente.
10-07-2019
Querido navegante:
Si has llegado hasta aquí, es que llevas un rato perdido entre los papeles de nuestro Archivo, absorto en las historias infinitas que contienen estas cartas, enfrascado en los relatos de las vidas de ciudadanos y ciudadanas que un día decidieron escribir al presidente.
Con esta carta en blanco que tienes ante tus ojos, queremos contarte que hubo muchas más. Según lo que hemos podido averiguar, una parte importante de las cartas que llegaban a Moncloa no se han conservado.
Parece que nadie reparó a lo largo de los años en que un día podían ser una fuente histórica de información interesante. Es una pena y puede que hoy nos llevemos las manos a la cabeza, pero si lo pensamos un poco más despacio podemos entenderlo.
En España no tenemos costumbre histórica de guardar aquello a lo que no damos una importancia inmediata. La cultura de la memoria, la reivindicación de los documentos para su difusión como un bien ciudadano y una herramienta para la rendición de cuentas y para la transparencia, incluso hoy en día no termina de calar entre los responsables públicos.
Por eso, sacar a la luz documentos de este tipo es tan importante. Porque permiten reconstruir el archivo de una época y porque recuperar la memoria es un ejercicio imprescindible para no olvidar de dónde venimos y decidir mejor hacia dónde queremos ir.
Decía Ricardo Piglia que escribir una carta es enviar un mensaje al futuro; hablar desde el presente con un destinatario que no está ahí, del que no se sabe cómo está mientras le escribimos y, sobre todo, después de habernos leído.
Te escribimos esta carta justamente pensando en el futuro, para que seamos más los que reflexionemos sobre el valor de la memoria y actúemos para poner su utilidad en el futuro.
Fundación Felipe González