Carta de Andreas Papandreu a Felipe González sobre los costes para Grecia de la ampliación de la Comunidad Europea. Andreas Papandreu fue primer ministro de Grecia entre 1993 y 1996.
Dublín, 04-12-1984
Querido amigo:
Como contestación a su mensaje solicitando mi apoyo en la conferencia cumbre de Dublín a la adhesión de su país a la C.E.E. dentro de los plazos acordados, deseo expresarle mis siguientes pensamientos:
Como Vd. sabe, mi Gobierno y yo personalmente nos hemos pronunciado muy claramente a favor de la adhesión a la C.E.E. de los países de la Península Ibérica, en cuanto este es el deseo de los pueblos de España y Portugal.
A pesar de que Grecia y los dos países amigos, España y Portugal, pueden considerarse competidores en lo que a una serie de productos se refiere, nosotros ponemos siempre énfasis en los impactos políticos de la ampliación sobre las relaciones entre el norte y el sur europeos y el fortalecimiento del carácter mediterráneo de la Comunidad.
Sin embargo, independientemente de nuestro pleno apoyo, habíamos recalcado a nuestros socios que la ampliación conlleva, por lo menos a corto plazo, un cierto coste para nosotros, lo que la misma Comisión acepta.
Por esta razón, en la reunión cumbre de Fontainebleau donde fue confirmada la decisión de la Comunidad para la plena adhesión de España y Portugal el 1.1.1986, existía el compromiso paralelo de empezar la realización de los Programas Integrados Mediterráneos dentro de 1985.
A pesar de que existe desde hace tiempo un proyecto concreto de reglamento de la Comisión para su aprobación por el Consejo, reglamento que establece como año de iniciación de los PIM el 1985, con la previsión de sumas concretas para cubrirlas necesidades básicas, y la previsión asimismo de un proceso concreto que garantice el carácter acumulativo de dichas sumas con los gastos de los fondos estructurales, el Consejo no ha procedido todavía a la adopción de dicho reglamento, ignorando el compromiso de Fontainebleau.
Quisiera recalcar en este punto que la Comisión misma reconoce que la ampliación debe ser precedida de la materialización de los PIM, para dar así a Grecia el tiempo necesario para su preparación, a fin de hacer frente a los impactos de la ampliación. Pero existe además una dimensión paralela de los PIM que justifica nuestra desilusión adicional por su estancamiento.
Según la Comisión misma, los PIM constituyen, en parte, la contestación de la CEE al Memorándum griego referente a la posición de Grecia dentro de la CEE de los 10, y esto antes de que se manifiesten las tendencias para la disciplina financiera y para los recortes de gastos que conducen a la merma de nuestros ingresos netos por parte de la Comunidad.
Expuse muy claramente a mis colegas en la Comunidad que el apoyo que hemos prometido, en el caso de la plena adhesión a la Comunidad de los dos países amigos, España y Portugal, no puede significar en ningún caso que el coste de esta adhesión lo vayan a pagar el pueblo griego y la economía griega. Estoy convencido, por otra parte, que tal cosa ni Vd. mismo la desearía.
Por lo tanto, considero las discusiones del día de la fecha de la cumbre del Consejo Europeo de Dublín como una seria, y al mismo tiempo inquietante, indicación de como la CEE entiende la ampliación, de cuanto seriamente la desea y de cuanto seriamente se toma en consideración el Tratado de Roma y, en particular, el objetivo de la convergencia de las economías de los países-miembros.
En lo que concierne a Grecia, está claro que la marcha atrás dada por el Concejo cumbre en la cuestión de los PIM no nos daña solo a nosotros, sino que daña a la misma CEE, a su credibilidad y, en consecuencia, a las perspectivas de su adhesión.
Espero y deseo que las evoluciones sean tales que su país pueda adherirse a la Comunidad dentro del plazo que desean. La Comunidad paralelamente debe probar que está en posición de prever correctamente los problemas del futuro y que tiene la voluntad política de resolverlos.
En todo caso está claro que es impensable hacer recaer en Grecia cualesquiera responsabilidades sobre las evoluciones de hoy en el Consejo Europeo de Dublín, como por supuesto algunos se apresurarán a hacer.
Le aseguro categóricamente una vez más, querido amigo, nuestro incondicional apoyo político para la pronta y plena adhesión de su país a la C.E.E.
Con mis cordiales saludos de amistad.
Andreas G. Papandreou