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Mil siegas

Carta de una ciudadana a Felipe González exponiendo su opinión sobre el Estatuto de los Trabajadores, la edad de jubilación, la educación, el desempleo, el adoctrinamiento religioso y la admiración que le profesa

De Una ciudadana
A Felipe González

Mahón, 28-04-1980

Sr. D. Felipe González

Muy señor mío y de mi mayor consideración.

No sé cómo empezar mi carta, quisiera decirle muchas cosas y escribir poco para no hacerle perder mucho tiempo, pero esto para mi es difícil.

Hace un par de meses me dieron a leer un artículo diciendo: mira, a ti que te gusta tanto Felipe González, él ya ha firmado lo de este estatuto que no favorece nada a los obreros y los comunistas no quieren firmar. Pregunté que como podía ser eso, sobre todo lo del retiro anticipado que quedaba en nada, o sea a los 65 años otra vez y me contestaron: porque los jóvenes no saben trabajar, sobre todo en los oficios que son difíciles y que necesitan de 5 a 6 años de aprendizaje y a los patronos no les interesa pagar por la edad que tienen y tenerlos como aprendices y los ancianos, a pesar de la edad y sus achaques, dan más rendimiento. Entonces yo digo, ¿es que no piensan esos señores que al tener que retirarlos forzosamente no tendrán ni jóvenes ni viejos que sepan trabajar? Muchos a los 63 años (que son los míos) ya sirven para muy poco, lo sé por experiencia,  ------, que a veces hacen como si se salieran de su sitio y me dan como una especie de calambre que duele atrozmente y para fin de fiesta, he perdido tanto la memoria que cuando pongo algo a la lumbre no puedo dejarlo, pues con solo volverme para hacer otra cosa ya he olvidado lo del fuego. Así y todo, rindo más que chicas que trabajan donde trabajo yo. Cuando escribo una carta larga, de tanto en cuanto, he [de] releer lo escrito para no repetirme, sobre todo si lo hago por etapas como he de hacerlo yo. No le he contado lo que me pasa a mí para que me tenga compasión, ¡no!, lo he hecho porque hay muchas personas que están poco más o menos como yo y tienen que seguir trabajando, puedan o no. ¿Por qué pues no retiran antes de los 65 y habría más puestos de trabajo para jóvenes que al no tener trabajo se tiran al gamberrismo, a la mala vida y al bandidaje, que no son otra cosa los robos a mano armada y los secuestros? Si a los chicos en las escuelas se les enseñara educación, aprendieran una carrera o una máxima cultura general y además un buen oficio manual a su elección pero “obligado” (que de seguro no sería necesario), saldrían hombres más perfectos y con más posibilidades de colocarse, ¡y ni un solo chico o chica sin ir a la escuela!. Es la base para que la gente sea mejor y como esto no es suficiente, para que haya trabajo haría lo siguiente: indiscutiblemente acortar los años de trabajo a los 63 como máximo y la jornada de 6 horas. Como es imposible controlar a los parados que cobran y que trabajan, que son muchísimos, quitaría estos pagos de paro y suprimiría algo de impuestos a los patronos. Aun así, los patronos estos protestarían al reducir la jornada a 6 horas, ¡cómo no!, si los pobres [perdiesen] las orejas según ellos, pero, señor González, usted debe bien ver que de cada día hay muchos más ricos y muchísimos más pobres y es que a pesar de todo lo que digan, háganles recordar que, si antes (es poco más o menos ¿eh?) si 10 obreros hacían 1000 piezas de lo que sea en un día, ahora con las máquinas hace un solo obrero esas 1000 piezas y según de lo que sea hace más (lo sé por experiencia). Entonces, ¿qué hacen los otros 9?, al paro, ¿y los beneficios de esos 9 obreros menos? Es obvio el decirlo. Los patronos dirán que las máquinas valen mucho. De acuerdo, pero una máquina la pagan en X meses y los 9 obreros en muchos años y haciendo cuentas… (que ya se debería dar alguna miradita a los libros) y si a más, esta máquina esta manejada por uno del paro o un retirado…cosas que también hay que evitar, sea como sea, porque no hay derecho que haya cosas que con dos personas tengan tres o cuatro jornales y familias que con cuatro o cinco a lo mejor no tienen ninguno, que si los hay así. Persiguiendo a esos señores y habiendo locales donde los de la 3ª edad puedan entretener su ocio con un jobi (que ya empieza a haberlos), se evitará mucho lo antedicho, sobre todo si los retiros les alcanzan…

El día 17 en televisión, un sacerdote decía, entre otras cosas, que urge catequizar a los niños, ¿es que ustedes los socialistas no pueden hacer lo mismo? Ellos tienen muy bien comprendido que el arbolito haya que enderezarlo desde chiquitito (enderezarlo a su manera se entiende) y lo hacen, ¡vaya si lo hacen! ¿Es qué ustedes, los del PSOE, no pueden sacrificarse un poquito por sus ideales y poner también centros donde puedan sus chicos, aleccionándoles, demostrándoles la importancia de lo se les encomienda, que lleven compañeros a su locales y que en ellos encuentren juegos instructivos, deportes, herramientas para aprender bricolajes y libros adecuados?, y sobre todo, creo que nos les haría ningún mal varios ejemplares de mi famoso libro preferido “Las ruinas de Palmira”, que es muy educador y socialista. En lugar de esto deja que el clero gane a sus hijos. esto no está bien. Lo que digo, lo leí en una revista y era algo dicho por usted, palabras exactas, que sus hijos pidieron aprender religión. Casi seguro: fueron inducidos a que lo pidieran. Caso probable: empezar a apartarlos de usted y de sus ideas. No crea por lo que le digo que yo no creo en Dios, ¡nada de esto!, yo lo que creo es que son ellos los que no creen salvo raras excepciones. Ahora, trabajo entre monjas y … se las traen. ¡Pobres ancianos!

Si ustedes no trabajan más y mejor, perderan lo que ganaron con tanto esfuerzo porque ya ve usted que lo que hace el Gobierno centrista (que de centro no tiene nada, es bien de derechas) que les pone pegas a todo lo que sea progreso y de democracia cada día tiene menos, y si ustedes no ponen remedio pronto llegarán a tener solo el nombre y… ya veremos cuando hayan pasado esos 4 años y vuelvan las elecciones… ¡Cuánto desearía equivocarme! pero veo el panorama muy feo, y ¡Cuánto desearia que todo el mundo pensara y hablara como usted!, pero aun hablan poco, ahora que, aun que quiera, no puedo oír todo lo que dicen por la radio o tele, ni puedo leer todo lo que escriben que usted ha dicho, pero lo procuro.

Si algún día volviera a Menorca para algún trabajo (se que estuvo en Alayor pero eran horas de trabajo, ¡cuánto me gustaría estrechar su mano y oírle hablar personalmente!, y si no fuera mucho atrevimiento, discutir con usted sobre los problemas españoles y de algunas cosas más pues yo estoy convencida que es usted un enviado del cielo para arreglar muchas cosas de nuestra desgraciada España, por lo tanto, ¡por favor!, no vuelva a renunciar a ningún poder que le pongan en sus manos, con tal que sea para el bien colectivo, que si es para todos, también participará usted y su familia. Yo no puedo comprender como casi todos los dirigentes prefieren ser recordados como un Nerón en lugar de como un Jesús, para mí, los dos extremos.

Si algún día tiene que volver a Mahón para algún trabajo o lo hiciera para descansar unos días, si viniera con su esposa, le ofrezco algo que quisiere ser una casita junto al mar, en Villacarlos. Le digo con su esposa porque con toda su familia no caben, ¡es tan pequeño!, solo tiene dormitorio y cocina, comedor y algo que quiere ser cuarto de aseo, pero es nuevo y coquetón, todo arreglado por mí misma, o sea puro bricolaje.

Me gustaría saber si por fin ha visto ya al señor Tirso Pons. Si es así, si ya ha leído el libro que le traía, o sea las ya dichas antes "Ruinas de Palmira". Tengo muchos libros que estoy casi segura, que le gustaría leer.

El viernes día 25, procuré oír lo que contestaba a las preguntas que le [hicieron] los niños que acudieron a la radio y lo que pude oír me entusiasmó, pero juraría que en unas contestaciones muy interesantes pusieron interferencias. Ya se normalizaba y vino la monja encargada de donde trabajo y se puso a charlar, yo le dije que estaba usted hablando y que, por favor, que me dejara oírle y me contestó que había cosas más interesantes. La habría matado.

Yo no sé que me pasa con usted. A veces dice cosas por la tele o por la radio que yo ya las había pensado, ¿será transmisión de pensamiento a causa de mi gran admiración por usted?, le daré un solo ejemplo: yo había pensado muchísimas veces que era una lástima que usted no procurara hablar con el Rey, a solas, sin testigos y ¡por fin lo hizo!, ¡Dios quiera que le sirva de algo!

Perdóneme por escribirle tan largo y tan mal hilvanado, pero ya le digo, tengo poca cultura (cogí representaciones y tuve que dejarlo) y me cuesta mucho escribir y como tengo poco tiempo lo he hecho por etapas y muchos borradores y aun estoy contenta ¡cómo le parecerá a usted!

¿Puedo esperar que me conteste a esta [carta] aunque sea estilo telegrama?, le prometo que tardaré mucho en volverle a escribir, a no ser que me pregunte usted algo.

Si de las cosas que le digo hay algo que le parece interesante puede hacerlo suyo, solo desearía no parecerle necia, solamente tengo unos deseos locos de poder ayudarle algo a usted y a la humanidad.

Queda de usted su servidora

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