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Willy Brandt

Telegrama de Willy Brandt a Felipe González sobre el contenido de la política de empleo que va a tratarse en el Consejo Europeo de Londres. Willy Brandt fue canciller Federal de Alemania entre 1969 y 1974.

De Willy Brandt
A Felipe González

28-11-1986

MENSAJE DE WILLY BRANDT AL PRESIDENTE DEL GOBIERNO CON OCASION DEL CONSEJO EUROPEO DE LONDRES.

Querido Felipe:

La próxima cumbre europea se enfrentará con los problemas del desarrollo económico y en particular, con la situación de desempleo. Sin duda los conservadores propondrán medidas que, en nombre del liberalismo, no serán otra cosa que el bien conocido abandono de la política de empleo y seguridad social. Es urgente un cambio de política apremiado por el nulo desarrollo del Tercer Mundo, debido al problema de su deuda que emerge de nuevo y amenaza también al mundo desarrollado.

Respecto a todo esto me parece deseable que mantuviésemos una postura común desde el punto de vista socialista. Por consiguiente, adjunto el borrador de una declaración que podría surgir de nosotros y ser propuesta a la cumbre. El texto ha sido confeccionado por miembros del Comité Económico de la IS, basado en el programa de acción global adoptado en Lima y en los resultados del Comité Económico de la IS de Bonn.

Para tu información me gustaría añadir, que enviaré también este borrador a Bettino Craxi, Francois Mitterrand, Andreas Papandreu, Jacques Delors y Ben Fayot.

Afectuosos saludos,

Willy Brandt

 

DECLARACION CUMBRE DE LONDRES

La recuperación global se enfrenta a una fase crítica de profunda crisis. Es significativa la declaración de la nueva ronda del GATT celebrada en Punta del Este que dice "que la principal amenaza de la economía mundial es la mutua reducción del comercio y de los pagos". En los últimos años el considerable crecimiento de EE.UU. ha compensado el escaso crecimiento del resto de los países de la OCDE. Sin embargo, ahora se cuestiona el crecimiento norteamericano. La reducción del déficit presupuestario federal reduciría también las importaciones de EE.UU. y restringiría el comercio mundial. En tal situación y enfrentados a inaceptables niveles de desempleo, es urgente que las economías europeas emprendan programas conjuntos para una recuperación de la inversión y la renta nacional y el comercio multilateral. Como reconoció el proyecto "Desafío Global" de la IS, Europa tiene que jugar un papel clave para que la economía mundial pueda emprender el camino de un desarrollo sostenido.

Por consiguiente, convocamos a la cumbre de Londres de la Comunidad, para que adopte un programa de acción dirigido a la recuperación de la inversión y el comercio, la reestructuración de programas de bienestar social, y la redistribución de recursos hacia los países en desarrollo.

Para el desarrollo de tal programa de acción, la Comunidad debería comprometerse a unirse en una acción internacional para impulsar:

I. RECUPERACION Y EXPANSION.

Un programa de gasto adicional público y privado por parte de los Gobiernos europeos equivalente por lo menos a 100 billones de dólares al año, sostenidos a lo largo de una década. Dicho programa:

a) impulsaría una mutua expansión de las importaciones y exportaciones entre los Estados miembros y otros países;

b) aumentaría la producción y reduciría la capacidad de ahorro. De este modo disminuirían los costes de producción y desaceleraría la presión inflacionista de la empresa comunitaria;

c) aumentaría la inversión en las economías de la Comunidad Europea y en aquellos países no comunitarios que también se beneficiarían de dicha recuperación del comercio internacional;

d) propiciaría las condiciones para actividades de innovación y tecnología avanzada, aumentando la competitividad relativa con respecto a otros países de la OCDE;

e) crearía empleo en los países miembros y reduciría los costes presupuestarios dedicados al desempleo;

f) el crecimiento económico más elevado generaría ingresos públicos suficientes para atender importantes servicios sociales y de bienestar en los países miembros.

Tal programa debería ser emprendido por los Gobiernos miembros a través de una acción conjunta a nivel comunitario. Lo que es crucial para la recuperación europea es el fin más que los medios de expansión. Cada Gobierno sería libre para responder a sus propias necesidades y prioridades nacionales, en combinación con la política fiscal y monetaria necesarias para llevar a cabo el programa de expansión.

II. DEUDA Y POLITICA FINANCIERA INTERNACIONAL.

Promover una iniciativa Comunitaria que reformase la política financiera internacional y una reprogramación de la deuda de países en desarrollo, que incluyese:

a) la preparación de propuestas específicas para negociar una reforma de los acuerdos de Bretton Woods que han resultado profundamente limitados desde la devaluación del dólar a principio de los 70 (un nuevo Bretton Woods);

b) la adopción de un programa que planifique y restructure la deuda externa de los países en desarrollo;

c) la cancelación de una parte importante de la deuda de los países menos desarrollados y ciertamente, de aquellos países del área subsahariana recientemente asolados por la sequía;

d) una iniciativa para la próxima cumbre mundial de 1987 que aumente los Derechos Especiales de Giro a lo largo de 5 años por una cantidad equivalente a 150 billones de dólares.

3. NORTE-SUR Y DESARROLLO.

Recomendamos dicho programa de acción como base de una nueva y genuina década de la economía global entre el Norte y el Sur. Este programa crearía hasta veinte millones de puestos de trabajo en los países OCDE en poco más de 5 años, incluyendo diez millones de puestos de trabajo en Europa y siete millones en EE.UU.

Esta recuperación de la inversión y el comercio multilateral en el Norte impulsaría las exportaciones de países en desarrollo entre el 4% y el 5% al año, lo que aumentaría su renta entre una cuarta y quinta parte en 5 años, y cerca de dos tercios en dos años.

El crecimiento propuesto de los DEG del FMI es cinco veces los fondos públicos y privados del Plan Baker. Sin embargo, tal aumento de los DEB es modesto, en el sentido de que sólo restablece las cuotas del FMI a su ratio del comercio mundial del período siguiente a Bretton Woods.

Además, aunque el desembolso considerado en dicho Programa de Acción supone una adición neta al gasto global de 100 billones de dólares al año y que puede parecer una cifra importante, solo supone una décima parte de lo que el mundo gasta cada año en armas. El potencial inflacionista de dicho programa en las economías europeas sería insignificante, dado los niveles de desempleo y de capacidad de ahorro. Si se combina con una reducción real de gasto en armamento, su importancia para el desarrollo y el desarme sería histórica.